Este proyecto tomó 3 meses en completarlo. El autor realizó una extensa investigación para representar de la manera más precisa posible, desde el punto de vista histórico, la llegada del ejército español a la capital azteca, Tenochtitlan, por primera vez. Es consciente de que la ciudad original era más grande, pero el proyecto se volvió demasiado pesado para que la computadora pudiera manejarlo, así que se tuvo que reducir el contenido.
Este proyecto fue realizado en 3ds Max, Vray y Blender. La composición se hizo en Nuke y la gradación de color en Davinci.
Los objetos antiguos que se encuentran en nuestros hogares, ya sean tesoros familiares, recuerdos heredados o simples hallazgos de mercados de pulgas, tienen el potencial de convertirse en poderosos recursos educativos para la enseñanza de la historia. Tanto alumnos como docentes pueden descubrir que los objetos del pasado cuentan historias fascinantes que conectan de manera directa con los eventos históricos, las costumbres y las vidas cotidianas de épocas anteriores. A continuación, exploraremos cómo estos objetos pueden ser utilizados para enriquecer la enseñanza de la historia, proporcionando un enfoque más tangible y atractivo que los libros de texto tradicionales.
1. Fotografías antiguas: ventanas al pasado
Las fotografías antiguas son uno de los recursos más accesibles que podemos encontrar en nuestros hogares. Desde retratos familiares en sepia hasta imágenes de lugares históricos o eventos significativos, estas fotografías sirven como ventanas al pasado. Los alumnos pueden analizar las vestimentas, los escenarios y las expresiones de las personas en las imágenes para obtener información sobre la vida cotidiana de una época determinada.
Ejercicio en clase: Se puede proponer a los estudiantes que lleven fotografías antiguas de sus propios hogares y que, mediante una actividad de investigación, intenten contextualizar quiénes son las personas en las imágenes, qué eventos históricos pudieron haber presenciado o vivido, y cómo era el contexto socioeconómico de su tiempo.
2. Monedas y billetes: economía e iconografía
Las monedas y billetes antiguos no solo son piezas de valor económico, sino que también son artefactos históricos que reflejan la economía, la política y la cultura de una nación en un momento dado. Por ejemplo, en México, las monedas con la imagen de Cuauhtémoc o Benito Juárez no solo muestran figuras históricas importantes, sino que también representan valores y momentos clave en la construcción del país.
Actividad pedagógica: Los docentes pueden utilizar monedas y billetes antiguos como recursos para enseñar sobre cambios en el sistema monetario, la inflación o la economía de guerra. Además, pueden analizar los símbolos e imágenes que aparecen en ellos, como el águila devorando a la serpiente o los héroes de la Independencia y la Revolución Mexicana, para explorar cómo los valores y las narrativas nacionales cambian a lo largo del tiempo.
3. Cartas y documentos personales: relatos en primera persona
Las cartas antiguas, los diarios y otros documentos personales son excelentes herramientas para comprender el pasado desde una perspectiva humana y personal. Estos textos proporcionan relatos en primera persona que pueden ayudar a los estudiantes a conectar emocionalmente con los eventos históricos.
Ejemplo práctico: Un docente podría llevar al aula cartas de familiares que participaron en la Revolución Mexicana o en la Segunda Guerra Mundial. Al leerlas, los estudiantes pueden discutir no solo el contexto histórico, sino también las emociones, los miedos y las esperanzas de quienes vivieron esos momentos. Este tipo de materiales pueden ser invaluables para aprender sobre los efectos de los eventos históricos en la vida cotidiana.
4. Juguetes y herramientas: la historia de la vida diaria
Los juguetes antiguos, así como herramientas y utensilios de épocas pasadas, ofrecen una mirada única a la vida cotidiana. Por ejemplo, un trompo de madera, un balero o un yo-yo antiguo pueden enseñar sobre los juegos y la diversión de los niños en el pasado, mientras que herramientas como planchas de carbón o radios de válvulas pueden ayudar a entender la evolución tecnológica y la vida doméstica.
Sugerencia de actividad: Los alumnos pueden llevar objetos de su hogar y realizar una presentación en clase explicando su origen, uso y la época a la que pertenecen. Esta actividad puede llevar a conversaciones interesantes sobre cómo la tecnología y los hábitos han cambiado con el tiempo.
Créditos: Sandra Río
5. Ropa y textiles: moda e identidad cultural
Las prendas de vestir y los textiles antiguos son una fuente rica de información sobre moda, clase social e identidad cultural. Un rebozo mexicano, un sarape, o incluso un vestido de los años 50 pueden ser usados para explorar cómo la ropa refleja la identidad cultural y los roles de género, así como los cambios en la economía y las tecnologías textiles.
Enfoque interdisciplinario: Los docentes pueden organizar talleres en los que los alumnos estudien el contexto de la moda de una época específica y luego realicen una recreación o un análisis comparativo con la moda actual, considerando los factores económicos, políticos y sociales que influyen en los estilos de vestir.
6. Electrodomésticos y tecnología de consumo: evolución y progreso
Los primeros televisores, radios, gramófonos y teléfonos no solo muestran cómo la tecnología ha cambiado a lo largo del tiempo, sino que también son un reflejo de las transformaciones culturales y sociales. Analizar la evolución de estos artefactos permite a los estudiantes entender el progreso tecnológico, así como los cambios en el consumo y las necesidades sociales.
Proyecto colaborativo: Se puede pedir a los estudiantes que investiguen y presenten cómo un dispositivo en particular (como el teléfono o la radio) ha cambiado a lo largo del tiempo y cómo esos cambios han impactado la sociedad.